“- Dolor de cabeza y otras neuralgias. - Enfermedades vasculares cerebrales (infartos y hemorragias). - Desordenes del movimiento, especialmente la enfermedad de Parkinson. - Demencias, especialmente la enfermedad de Alzheimer. - Epilepsia y trastornos convulsivos. - Trastornos nuero-psiquiátricos: depresión, trastorno de ansiedad, ataques de pánico, etc. - Dolor Crónico: neuralgia postherpética, neuralgia del trigémino, neuropatías dolorosas, cervicalgias, lumbalgias, etc. - Vértigo. - Perdida del conocimiento. - Trastornos de la marcha. - Enfermedades desmielinizantes, incluyendo la esclerosis múltiple. - Problemas de conducta.”